La semana pasada marcó un mínimo histórico de volumen negociado en acciones en la Bolsa porteña, muy cerca de ser el más bajo desde la crisis del año 2002.
Enero marcó uno de los volúmenes más bajos desde que se tenga registro del Merval desde 1990. Medido en contado con liqui, está entre los cinco de menor volumen, junto a 2012 en medio de los inicios del cepo y post triunfo del kirchnerismo en noviembre de 2011, luego de la estatización de las AFJP en 2008-2009 y las crisis de 2002, con un promedio diario negociado de casi u$s 5 millones.
Medido en dólares, se ve un comportamiento de contracción en el volumen operado comparando en retrospectiva a febrero de 2021 contra años anteriores. Incluso, tomando el volumen nominal medido en pesos a un tipo de cambio promedio de $ 93 (dólar oficial), se obtiene como resultado un volumen de negocios que ronda los u$s 7 millones de volumen diario promedio operado en renta variable local, que es la cifra más baja en dólares que se registra en las últimas décadas.
La causa se remonta a la falta de empresas cotizantes, y al tremendo castigo que han sufrido sus precios en los últimos tres años.
Tomando siete índices de referencia de América, el volumen operado diario promedio en dólares oficiales encuentra a Argentina en el quinto puesto junto con Perú, y por encima de Ecuador, pero por debajo de Estados Unidos, donde el S&P 500 mueve u$s 5000 millones diarios; el Bovespa en Brasil que mueve u$s 1400 millones por día, el IPSA chileno en u$s 300 millones y el Colcap colombiano u$s 35 millones diarios.
La caída en el volumen negociado se debe no sólo a la devaluación galopante que sufrió nuestra moneda desde 2018 hasta el día de la fecha (300% aproximadamente), sino a que existe un desinterés generalizado de inversores locales por nuestras acciones.
“La causa es simple, y se relaciona con la incertidumbre que siempre genera nuestro mercado a lo largo de la historia. Vale aclarar que el índice Merval ha tenido una gran baja desde 1.800 puntos (medido en dólares), hasta el pico mínimo que se vio en el mes de marzo del año pasado, en aproximadamente 200 puntos (tomando para el cálculo al CCL). Esto representa una baja del orden del 88% entre el pico máximo, enero de 2018, y el mínimo, en marzo de 2020. Pero también vale destacar que este índice medido en dólares llegó en 2002 a cotizar en 80 unidades. Pero en ese entonces el volumen operado diario era similar al de ahora”, afirma Hernán Schvarz, titular de la consultora ETR.
A lo largo de los últimos 30 años se han visto subas y bajas impresionantes en el índice, pero no un crecimiento constante y firme, que es lo que varios inversores buscan a la hora de operar.
“El Merval está perdiendo market share con los Cedears, que se transformaron en el nuevo refugio de valor del mercado, que se comieron el volumen de acciones ordinarias, hasta duplicarlo y triplicarlo”, revela Mauro Mazza, de Bull Market.
Sucede que los Cedears le robaron market share a las acciones locales, al punto que hoy todos los retails están en la plaza de Cedears, donde hay un sinfín de instrumentos y sectores, además de market makers. “Cambió el negocio: Buenos Aires se está transformando en un espejo de Nueva York”, resumen en las mesas.
“Los Cedears son excelentes opciones de inversión y una herramienta sumamente útil, pero también sería prudente colaborar con las empresas locales para facilitar su salida a la Bolsa con beneficios fiscales e incentivos para despertar el interés de los inversores minoritarios y brindarles más alternativas. El volumen promedio en Cedears ronda los u$s 8 millones. Ni siquiera sumando el total operado en Cedears y acciones locales llegamos a los u$s 25 o u$s 30 millones diarios que supo mover el Merval en mejores épocas”, afirman desde ETR.
De todas formas, hay brokers que tratan de mirarle el lado positivo: “Cualquier fondo de inversión que vea un cambio de expectativa en Argentina podría desencadenar una fuerte suba de precios en dólares con este volumen”, se esperanzan.
Indudablemente el potencial de crecimiento que tiene nuestro país es increíble, resulta fundamental incentivar la educación financiera para poder generar financiamiento genuino, y que nuestras empresas crezcan generando todo ello indudablemente un impacto en la economía real.
El Cronista.