Los ganadores del 2020 están atravesando un inicio de año difícil. En contrapartida, aquellos que habían quedado más retrasados en la recuperación post crisis de Covid, están teniendo un año mejor que el anterior. La suba de tasas de interés, en un contexto en el que las expectativas de inflación son las más altas en 13 años, representa un escollo para que las acciones de crecimiento sigan con su dinámica alcista y favorece a los papeles de valor.
El índice de acciones en crecimiento (iShares Russell 1000 Growth ETF) que invierte en acciones como Apple, Microsoft, Amazon, Facebook, Tesla, Google, Visa y Paypal entre sus mayores tenencias, tuvo un rendimiento entre marzo de 2020 y diciembre del 83%. En cambio, el índice de acciones de valor (iShares Russell 1000 Value ETF) que se posiciona mayormente en acciones de Berkshire Hathaway, JP Morgan, Johnson and Johnson, Disney, Exxon Mobil, Verizon, y AT&T, entre sus principales posiciones subió en el mismo período un 60%.
Esto refleja que el sector de valor, más asociado al sector tecnológico tuvo una dinámica mucho más favorable a lo largo del 2020 respecto del sector de crecimiento, ligadas a los sectores más cíclicos de la economía.

La ecuación cambió este año ya que las acciones de valor o cíclicas muestran una suba del 10,7% frente a una pérdida del 0,67% de las acciones de crecimiento, ligadas a las tecnológicas.

En el primer trimestre de este 2021 se está observando una fuerte rotación de carteras de acciones tecnológicas hacia acciones de compañías de valor. Casos emblemáticos son los índices de ARK Funds que invierten en compañías tecnológicas de innovación.
Entre marzo de 2020 y diciembre, el ARK Innovation (ARKK) subió 225% mientras que el Genomic Revolution ETF (ARKG) ganó 245%. En lo que va del 2021, en cambio, el ETF ARKK cae 9,45% y el ARKF pierde 10%.
LA SUBA DE TASAS Y ACCIONES
Los analistas del banco de inversión BNP afirmaron que la dinámica clave para los mercados de renta variable sigue siendo la rotación desde acciones de crecimiento hacia acciones de valor.
Según datos del banco BNP, desde el 15 de febrero, cuando comenzó el último aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU, los índices de crecimiento han tenido un rendimiento significativamente inferior a los índices de valor. Es decir, la suba de tasas en los bonos del Tesoro representan un escollo para que las acciones de crecimiento sigan teniendo una dinámica alcista positiva, como se observó durante el año pasado mientras el mundo convivía con tasas de interés muy bajas.
En concreto, acciones de crecimiento, generalmente asociadas a acciones de tecnología y de generación de flujos en el futuro han evidenciado una baja del 8,4% desde el 15 de febrero, momento en que la tasa estadounidense comenzó a dispararse por encima del 1%. En cambio, acciones de valor han registrado ganancias de hasta 7,6% en el mismo período. El S&P500 opera ligeramente a la baja, cayendo 0,6%.

Los analistas de Cohen afirmaron que las compañías ligadas al ciclo económico continúan exhibiendo un desempeño superior al del sector tecnológico, que acumula una baja superior al 7% desde mediados de febrero.
“La variación desde octubre de 2020 fue importante y generó que los sectores cíclicos acumulen subas más pronunciadas que las tecnológicas, incluso en el lapso de los últimos 12 meses. En efecto, mientras que el Nasdaq retornó 70% en los últimos 12 meses, el sector financiero subió 74%, el industrial 79%, el de materiales 85% y las energéticas 90%. Cabe aclarar que las subas fueron pronunciadas dado que hace 12 meses se daba el mínimo de la crisis provocada por el coronavirus”, dijeron desde Cohen.

Una de las preguntas clave que se hacen los inversores actualmente es: ¿qué parte de la ganancia del mercado vistas en el último año se debió a factores especulativos y cuánto a las ganancias justificables de la mejora de la economía y las tasas bajas? Si la respuesta se acerca más hacia el lado de la especulación, el peligro es que el ajuste termine siendo más violento. Además, si a ello se le suma que el nivel de tasas de interés comienza a subir como lo viene haciendo, los riesgos de una caída terminan siendo mayores.
El ritmo de vacunación, la continuidad del estímulo monetario y el enorme estímulo fiscal aportan motivos suficientes para que la economía acelere su ritmo de expansión en los próximos meses. Según las estimaciones de la Fed, el PBI de Estados Unidos crecería más de 6% en 2021 y un 3,3% adicional en 2022, valores por encima del 2,3% de crecimiento tendencial estimado a largo plazo.
“Conforme la economía continúe retornando a su nivel pre-pandemia, los sectores cíclicos mantendrán argumentos para experimentar un rendimiento superior al del mercado. Las valuaciones de estas empresas aún guardan un gap importante contra la expansión registrada en el resto de los sectores, como tecnológicas y empresas de consumo discrecional”, proyectaron desde Cohen.
SUBA DE TASAS E INFLACIÓN
La reciente suba de tasas en EE.UU., en la que la 10Y pasó de 0,9% a 1,65% recientemente se debe fundamentalmente a un escenario de mayor expectativa de inflación. El final de la pandemia alentado por el proceso de vacunación, la recuperación económica y la emisión monetaria llevada a cabo en los últimos meses podría generar un contexto de recalentamiento y por lo tanto que se traduzca en mayor inflación. Hoy la expectativa de inflación se ubica en 2,53%, la mayor en 13 años.
El problema de la suba de la inflación es que le pone una vara más alta a los inversores, que se ven obligados a generar rendimientos anuales por encima de la suba de los precios. Las bajas tasas de interés de la deuda global, por su parte, los obliga a tener que arriesgar aún más sus carteras para poder obtener rendimientos reales positivos. Es decir, lleva a que los inversores tengan una postura más agresiva en sus decisiones de inversión para no perder contra la inflación.

Martín Saud, senior trader de Balanz, explicó que las expectativas de inflación en Estados Unidos están subiendo y las acciones en general han mostrado, a lo largo del tiempo, ser una buena cobertura en el largo plazo. Además, remarcó que una variable a tener en cuenta es el análisis de los sectores que mejor cubren la inflación.
“Vemos que empresas relacionadas al oro, al petróleo y a la producción de commodities son las que mejor cubren la inflación. También empresas cuyos bienes y servicios tienen una demanda inelástica, como por ejemplo productos farmacéuticos ya que la gente no deja de consumirlos por suba de precios. Cabe aclarar que con el oro hay que tener cuidado por si sube la tasa” dijo Saud.
Sean Markowicz, CFA, estratega de Schroders, sumó que una cobertura de inflación es una inversión que brinda protección contra aumentos de precios y que, a la hora de detectar sectores que ofrecen mejor cobertura, resulta clave la selectividad.
Según datos del estratega de Schroders, el sector energético y los fondos de real estate (real estate investment trusts) son los más eficientes a la hora de ofrecer retornos reales positivos debido a que tienen altos rendimientos con mayores chances de ocurrencia.
El caso del S&P500, el mismo suele ofrecer retornos reales negativos en contextos de alta inflación. Sectores como el industrial, el financiero, servicios de salud y consumo tienen mayores probabilidades en el margen de cubrir contra la inflación respecto del mercado norteamericano a nivel general.
“Aunque las acciones en general se comportan bastante mal en entornos de inflación alta y en aumento, existen oportunidades en las que buscar refugio a nivel sectorial. El sector energético, que incluye empresas de petróleo y gas, es uno de ellos. Estas empresas superan la inflación el 71% de las veces y arrojaron un rendimiento real anual de 9% por año en promedio. Los ingresos de las acciones de energía están naturalmente vinculados a los precios de la energía, un componente clave de los índices de inflación. Entonces, por definición, tendrán un buen desempeño cuando aumente la inflación”, afirmó Sean Markowicz.
Por último, si bien el oro a menudo se promociona como una cobertura contra los temores de degradación de la moneda, el historial de las empresas del sector de los metales preciosos y la minería es mixto.
“En promedio, estas empresas registraron un rendimiento real promedio del 8% en entornos de inflación alta y en aumento. Pero la probabilidad de que esto sucediera era similar al lanzamiento de una moneda ya que solo superaron la inflación el 47% de las veces, considerablemente menos que muchos otros sectores”, dijo Markowicz.

El Cronista.