Esta semana se definieron los últimos detalles de la ley que exime del pago del Impuesto a las Ganancias a los trabajadores con salarios de hasta $ 150.000 brutos mensuales y hasta ocho haberes mínimos en el caso de los jubilados, lo cual se estima que beneficiará a más de 1,2 millones de contribuyentes.
La normativa abarca también al ingreso por el Sueldo Anual Complementario (SAC), más conocido como medio aguinaldo. Además, establece la devolución del dinero aportado por este tributo desde enero hasta mayo de este año. Dicho reintegro se realizará en cinco cuotas mensuales consecutivas.
Según dispuso la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), la exención del pago empezará a regir a partir de los sueldos correspondientes a junio, mientras que las devoluciones retroactivas se realizarán desde julio, por lo que casi se juntan con el pago del medio aguinaldo de mitad de año.
Se estima que esta medida implicará entre julio y noviembre un total de $ 50.000 millones adicionales en poder de las personas que ahora dejarán de pagar ese impuesto y recibirán los reintegros. El Gobierno espera que esos montos se vuelquen al consumo.
Ante esto, se abren varias opciones para los beneficiarios de esta medida en cuanto a qué hacer con ese dinero extra que de ahora en adelante tendrán en sus bolsillos. Algunas de las principales alternativas que surgen, además de consumir, son ahorrar en dólares o cancelar deudas.
A DÓNDE PODRÍA IR ESE EXTRA
De acuerdo con el economista Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, cerca de un tercio de los argentinos dedica el dinero extra a inversiones, mientras otra porción de la población lo destina a cancelaciones de deudas y la otra parte lo utiliza en consumo, principalmente de bienes durables.
“Dentro de bienes durables me refiero a, por ejemplo, equipos para el hogar o todo lo relacionado con electrodomésticos, como un televisor o un lavarropas. Dentro del rubro de informática y electrónica, principalmente teléfonos celulares, notebooks o tablets”, detalló Di Pace.
En tanto, según el especialista, entre aquellos que buscan algún tipo de inversión de ahorro están principalmente quienes recurren a algún activo que se ajusta por inflación y los que adquieren la moneda norteamericana como refugio de valor para protegerse de la pérdida de poder adquisitivo de la moneda local.
En cuanto a los que tienen compromisos impagos, señala que casi el 60% tiene pagos atrasados con sus tarjetas de crédito y cerca del 15% deudas a crédito personal, mientras que el resto corresponde a deudas familiares o de otro tipo, las cuales crecieron notablemente en medio de la crisis económica.
La opción de consumir bienes durables la eligen mayormente aquellas personas que durante los últimos meses retrasaron algunos consumos y quieren aprovechar este momento para realizarlos. En tanto, para el resto se mantienen las alternativas de comprar dólares o pagar deudas.
¿DÓLAR O CANCELAR DEUDAS?
Brian Torchia, gerente de finanzas corporativas de Pgk Consultores, comenta que para poder decidir si ante un excedente de dinero en el bolsillo es conveniente cancelar deudas o realizar cualquier otro tipo de operación, es importante tener en cuenta ciertos puntos básicos, como por ejemplo:
1. En primer lugar, fijarse a qué tasas se está endeudado.
2. Luego hay que verificar si es posible endeudarse a una tasa menor, para así cancelar la deuda vigente y sacar un crédito en mejores condiciones.
3. Observar contra qué alternativas compite la opción que se está considerando.
“No es lo mismo una deuda con tarjeta de crédito o un crédito rápido con una fintech a tasas muy altas (las cuales sería mejor no contraer en forma pronunciada o por tiempo prolongado) que un préstamos personal bancario a tasas moderadas, que aunque pueda ser costoso, es de las opciones más accesibles en el mercado sin considerar alternativas más sofisticadas”, destaca Torchia.
El especialista señala que, siempre y cuando el presupuesto personal se encuentre “sano”, incluso considerando las deudas vigentes, es posible considerar algunas opciones.
“Adquirir dólares en estos niveles resulta una alternativa interesante, teniendo en cuenta la calma prolongada por la que viene transitando”, considera.
En cambio, Walter Morales, presidente de Wise Capital, considera que entre ponerse al día con los pagos pendientes y comprar dólares, es preferible la cancelación de las deudas, debido a las altas tasas de interés que se manejan actualmente: entre 50% y 90% para tarjetas de crédito y más de 90% para préstamos personales.
“En este momento, las tasas de interés que se ofrecen son bastante elevadas y no prevemos que en el corto plazo haya un aumento del dólar de esa magnitud. Luego del pago de las deudas, se puede comprar la moneda estadounidense o, dependiendo del riesgo que se quiera tomar, invertir en otro tipo de activos financieros”, sostiene.
El Cronista.