Las expectativas de que en los próximos meses el Gobierno alcance un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) siguen disminuyendo. El ministro de Economía, Martín Guzmán, había planteado inicialmente como objetivo acordar un nuevo programa crediticio antes de mayo, ya que ese mes tiene un importante vencimiento por u$s 2410 millones con el Club de París.
Sin embargo, a medida que se fue acercando ese mes, desde el Gobierno mismo fueron moderando esa expectativa. Así lo reconoció el presidente Alberto Fernández la semana última. “No queremos apresurarnos. Apuro por acordar tienen los pícaros de siempre”, dijo el 1° de marzo durante su exposición en la 139° Apertura de Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación.
El mercado ya no sólo duda que el acuerdo se logre antes de esa fecha. Incluso, está en duda que se alcance antes de las elecciones legislativas de octubre. De hecho, el vocero del organismo, Gerry Rice, dijo ayer en conferencia de prensa que “va a tomar tiempo que esas discusiones se produzcan para conseguir finalmente un programa”. No obstante, también confirmó que Guzmán viajará este mes a Washington para reunirse con la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
LA VISIÓN DE WALL STREET
En ese marco, algunos bancos de Wall Street ya analizan la posibilidad de que Argentina no alcance este año un acuerdo con el organismo multilateral de crédito. Morgan Stanley, de hecho, consideró como “improbable” que el país acuerde un nuevo programa crediticio en 2021. No se trata del único: otro de los principales bancos de Nueva York también postergó sus perspectivas de un acuerdo para el primer trimestre de 2022.
“Inmediatamente después de la reestructuración con acreedores privados, previmos la intención de las autoridades de evitar correcciones macroeconómicas. No se esperan ajustes importantes en el tipo de cambio, especialmente ante los altos precios de las materias primas y la eventual asignación de DEG (Derechos Especiales de Giro, por parte del FMI), los cuales deberían ayudar al Gobierno a realizar pagos de deuda este año”, afirmó Morgan Stanley en un informe difundido hoy.
La entidad financiera sostiene en su informe que, aunque los funcionarios del Ministerio de Economía expresaron su intención de llegar a un acuerdo con el FMI para abril o mayo de este año, quienes que toman las decisiones sobre esto, en referencia a la coalición gobernante, están dispuestos a esperar un tiempo más.
Morgan Stanley afirma que hay dos razones detrás de esta decisión. Por un lado, señala, el Gobierno no quiere implementar los “tan necesarios ajustes” en política fiscal, monetaria y cambiaria debido al impacto a corto plazo que esto tendría sobre la inflación y el crecimiento económico. Por otro lado, agrega, desde el punto de vista político, “se sabe que, en general, el FMI no es una institución para relacionarse en un año electoral en este país”.
“Queda por ver si un acuerdo, que es claramente lo que necesitarían ambas partes, se materializará después de las elecciones”, indicó el informe, que además resalta que las autoridades argentinas “se resisten ferozmente” a muchos aspectos (como las reformas estructurales) que suelen estar presentes en un programa de facilidades extendidas (EFF, por sus siglas en inglés) que se busca alcanzar.
“Encontrar un terreno común en un marco macroeconómico y en reformas estructurales destinadas a fomentar la inversión y el crecimiento a largo plazo será un ejercicio desafiante. Y también dependerá en gran medida del resultado de las elecciones y de la posición de las reservas de divisas. Creemos que es poco probable que un programa del FMI esté en funcionamiento este año“, sostuvo.
No obstante, la entidad financiera prevé que Argentina seguirá honrando los pagos del FMI a través de la posible asignación de DEG o con la acumulación de reservas internacionales provenientes de la próxima cosecha y gracias a los controles de capitales y sobre las importaciones.
Este año, el país deberá pagarle al FMI un total de u$s 3734 millones, de los cuales se deberá abonar una mitad en septiembre y la otra en diciembre. Sin embargo, analistas creen que el Gobierno estaría pensando afrontar estos pagos con los ingresos que le corresponderían del paquete global de DEG del FMI, no confirmado aún, de los cuales a la Argentina se presume que podrían corresponderle alrededor de u$s 3500 millones.
La posibilidad de que se retrase el acuerdo para 2022, año en el que los vencimientos con el organismo crediticio ascienden a u$s 17.658 millones, generan preocupación en el mercado. Los analistas advierten que postergar este acuerdo sería extender la incertidumbre actual y retrasar la potencial reactivación de la economía.
El Cronista.